Parabola sobre los Talentos
Confusiones sobre la
relación con Dios y el Dinero:
Esto es parte de un libro
La historia del hombre rico y sus tres
sirvientes, conocida como la parábola de los talentos, que aparece en el
evangelio de Mateo. Antes de salir de viaje, el hombre rico dio a sus siervos
dinero (talentos). A uno le dio cinco talentos, a otro dos y al tercero uno.
El siervo que recibió cinco talentos
inmediatamente se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco; el que recibió
dos talentos ganó dos más y el que recibió uno, cavó un hoyo en el suelo y lo
enterró.
Al regresar del viaje, el hombre rico dijo a
los siervos que había duplicado su dinero: “Bien hecho, siervo bueno y fiel. En
lo poco me has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de
tu señor”.
En esta parte de la historia, el ministro joven
dijo:
Fíjense en las palabras “entra en el gozo de tu
señor”. ¿Qué creen que signifiquen? Varios aventuramos respuestas hasta que una
joven dijo:
Nuestro señor quiere que seamos ricos. ¿A
nuestro señor le alegra que seamos ricos, cuando compartimos en este mundo de
abundancia?
El joven ministro sonrió pero no respondió, y dijo:
Permítanme leerles lo que dijo el siervo que
enterró su talento.
Diciendo esto, puso a un lado la guitarra,
abrió su Biblia y leyó la respuesta del siervo:
“Señor, sé que eres un hombre duro, que
cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio
miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo”.
El joven ministro alzó la vista para ver si
seguíamos escuchando y dijo:
El siervo afirmó que su señor era un hombre
duro y que por eso no hizo nada.
¿Quieres decir que culpó a su señor? – pregunto
la misma joven.
El joven ministro de nuevo sonrió y leyó la
respuesta del señor: “Siervo malo y perezoso”.
¿El señor lo llamó malo y perezoso? – Preguntó
otro de los que estaban alrededor del fuego - ¿Por qué no multiplico su dinero?
¿Quieres decir que lo llamó malo y perezoso por que no multiplico su dinero?
El joven ministro sólo sonrió y continuó
leyendo: “Sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí;
debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así al volver yo,
habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y
dádselo al que tiene los diez talentos”.
Entonces, ¿el señor recompensó al siervo que ganó
más dinero? – dije yo.
¿Acaso es eso lo que entiendes? – preguntó el
joven ministro.
Eso me parece – dije-. ¿Eso significa que
mientras más dinero gane, más recibiré?
El ministro joven sólo sonrió y rasgueó su
guitarra suavemente.
¿El señor de esta historia es Dios – preguntó
otra joven-, y nosotros los siervos?
¿Dios recompensa más a los ricos que a los
pobres? – preguntó otro más.
Si Dios es el señor de esta historia, ¿Dios
recompensa al rico y castiga al pobre?
Preguntó el joven que estaba sentado a mi lado.
Para entonces, el ministro mayor movía la
cabeza de un lado a otro preguntándose cuándo terminaría aquella conversación.
El ministro joven sólo rasgueaba su guitarra, dejando que nuestros pensamientos
se arremolinaran en nuestras cabezas, permitiéndonos decidir acerca de la
enseñanza de la parábola. Finalmente, mientras el fuego crepitaba y el humo se
dispersaba en la noche, preguntó:
¿Qué nps dice esto sobre quienes tienen dinero
y sobre quienes no lo tienen?
¿Qué quienes no tienen dinero son flojos?
- pregunto un joven sentado frente a mí,
al otro lado de la fogata- ¿O que quienes no tienen dinero son malos?
No, eso no significa – dijo alguien más- . Eso
sería demasiado cruel. El mundo está lleno de personas pobres.
Pero, ¿qué hay de las palabras “entra en el
gozo de tu señor ”?¿No significa eso que la riqueza da felicidad?
No, eso no significa – gritó otro joven
campista-. Mis padres dicen que los ricos no son felices, que sólo los pobres y
los buenos pueden ir al Cielo. Dicen que el amor al dinero es el origen de
todos los males.
Muy bien , muy bien –dijo el ministro joven
para calmar la discusión que empezaba a caldearse-. Dejenme terminar la
lectura.
Dejando su guitarra a un lado, terminó la
lectura: “Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no
tiene, aun lo que tiene se le quitará.”
El fuego crepitaba en el silencio. Nadie dijo
nada. Ambos ministros, el joven y el mayor permanecieron callados.
¿Eso significa que los ricos serán más ricos y
los pobres más pobres? –preguntó una joven.
Ninguno de los ministros habló.
Eso sería injusto –dijo otra persona-. Es
terrible decir que “a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que
no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”
¿Esto significa que los perezosos son malos?
–preguntó una voz suave desde la oscuridad-. ¿Por eso aun lo que tiene se le
quitará?
La conversación alrededor de la fogata continuó
hasta que el fuego se consumió. Vertiendo agua sobre los carbones; el mismo
joven dijo: “Hora de acostarse. Todas deben hallar sus propias conclusiones
acerca de la parábola…..
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